domingo, 29 de diciembre de 2013

Llorando en silencio




Queen - The Show Must Go On







El tema empezó por quedar un día para ir al cine mis amigos y yo. Éramos 5. Aprovechando que cerca del cine vivía la chica que me hacía tilín, propuse de pasar antes a que se conocieran. Todo fue lo que yo entiendo por normal: saludos, presentaciones... Nada del otro mundo. Pero, después de haber visto la película, una vez en casa chateando e intercambiando impresiones, uno de mis amigos me comentó qué pensaba de esta chica, a lo que yo, por un sentimiento de... no sé, ¿lealtad? ¿fidelidad? ¿confianza? se lo hice saber a ella. Algo que a mi amigo no le sentó nada bien. 

A la mañana siguiente, escuchando mi discman como de costumbre, ya noté cierto resquemor hacia mí. Total, que se decidieron por hacerme el vacío. Los primeros días no me gustó, claro está, y me costó mucho aguantar los ánimos. Estaba bastante hundido, la verdad. Pero aprendí a aparentar lo que aparento ser hoy, que remedio. Me introvertí tanto que incluso me cuestioné muchas de las decisiones que había tomado desde hacía años. ¿De verdad era yo el culpable en aquella situación? ¿Si eran mis amigos, por qué me lo hacían? ¿Cómo se sentiría alguien en mi misma situación? Y ésa se convirtió en la pregunta clave...

Años atrás me sentí traicionado por un hecho que realmente ralla lo insignificante. Pero fue el propio hecho lo que me hizo reaccionar. Un compañero me había pedido un disco para el ordenador y yo se lo dejé sin problemas. Cuando me lo devolvió me di cuenta que ese disco tenía un virus y, enterándome más tarde que se lo había grabado, pensé que fue él el que metió el virus. Fui un ignorante. No fue él, claro, pero pensando que sí y que se lo había copiado, me afectó tanto como para sentirme traicionado. ¿Por qué no me dijo que se lo iba a grabar? Se lo hubiera dejado igual. Así que me enfadé mucho con él y su amigo, que también sabía el secreto de la grabadora.

Y no sé si será verdad o no, pero creí haber influido en sus amistades, pensé que tanto como ahora estaban influyéndome las mías. Y me sentí mal, muy mal, por lo que le había podido hacer a aquel amigo. Y así llegué a la conclusión de que aceptaría el vacío. Sufriría lo que le había hecho sufrir a él. Debía hacerlo para limpiar mi conciencia y aceptar la culpa. 

Sinceramente, no sé si fue buena o mala idea seguir este planteamiento. Está claro que me hizo cambiar mucho, pero también creo que fueron los cimientos que levantan los valores que tengo hoy en día. Dicen que los cambios son buenos, pues yo creo que no todos...

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