Cuando aún no había internet en las casas y sólo unos pocos elegidos gozaban de sus virtudes, mi padre le pedía los juegos y la música a su amigo Jordi. Jordi era un amigo de la infancia de mi padre. Habían vivido muchísimo juntos, y más en aquellos años, que todos los chavales se juntaban en la calle.
Fue a él al que le pedimos que nos montara nuestro primer ordenador y fue a él a quien le pedimos que no enseñara a usarlo. Recuerdo días en la torre de mis amigos donde se ponía con todos nosotros (sus 3 sobrinos, su hijo Álex y yo) y nos explicaba cómo hacer funcionar los juegos. Incluso más adelante, cuando por fin tuvimos internet en casa, fueron él y su hijo los primeros en jugar con nosotros por módem.
Y, como es de suponer, en esta época tampoco existían napsters, ni emules, ni taringas, ni nada de eso, por lo que el primer CD recopilatorio de canciones elegidas por mi padre nos lo hizo él. Recuerdo estar en su casa, él en el ordenador con mi padre mientras iban poniendo canciones que mi padre elegía o descartaba para su CD, y yo con su hijo jugando en el comedor.
No sé cuantas veces habré escuchado este disco, pero son muchas. Con canciones de todo tipo, que ni siquiera pegaban unas con las otras, pero la mayoría me molaban, ya fuese estando en casa o en el coche. Y la cosa es que cada vez que escucho alguna de las canciones es inevitable que me acuerde de la época y de él...
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