miércoles, 2 de marzo de 2011

La música es lo mío, lo reconozco.


Siempre he recordado a la música como una parte importante. En prácticamente todas las épocas de mi vida ha habido música de por medio, a veces más, a veces menos. Pop y rock, electrónica y heavy metal, incluso clásica. He escuchado vinilos, cintas, CD’s y hasta DVDs de conciertos. Y lo más importante, me he parado a escuchar. 

No soy Joaquín Luqui, ni Julián Ruíz, ni siquiera Fernandisco. Desconozco miles de grupos y artistas, algunos por ignorancia, otros por no llamarme la atención, y ni siquiera he escuchado discografías de grupos que sí me gustan.

Entonces la música es lo tuyo porque dominas algún instrumento, ¿no? Pues no. Ni armónica, ni flauta, ni guitarra. La armónica era demasiado pequeño como para aprender a tocarla, así que me dediqué a babearla y a soplar de un lado a otro. La flauta la “toqué” durante varios años en la asignatura de música pero ni me gustaba tocarla ni escucharla, así que me dediqué a aprender lo justo para no hacer el ridículo, algo que casi logro. Y la guitarra. Creo que todo el mundo ha querido, quiere o querrá aprender a tocar la guitarra alguna vez en su vida, y yo también tuve esa intención. Pero tampoco. Pedí varias guitarras prestadas y enseguida me cansaba y las guardaba en el armario, así que me dediqué a otra cosa… 

Al final entendí que, si no conozco a suficientes grupos  e historia de la música ni soy capaz de crear música, sólo me quedaba una cosa: escuchar música. Y ¿se puede ser bueno escuchando música? Ni lo sé ni me importa, pero es lo mío. Y como me he dedicado mucho tiempo a escucharla, puedo recordar los momentos de mi vida en los que he escuchado esas canciones. Algunos recuerdos son muy nítidos, otros no tanto. Algunos son de momentos concretos, otros de temporadas largas. Algunos son felices, otros no tanto. Pero todas me traen emociones.

Y así me propuse crear este espacio. Lo dedicaré a canciones que me hacen recordar. Intentaré un orden cronológico, pero soy humano y no siempre lo conseguiré. Y la verdad, no espero que entendáis lo que escribo aquí. No soy tan buen escritor como para reflejar las emociones y, es más, cada uno veréis las experiencias bajo vuestro punto de vista, nunca bajo el mío. Es un escrito de mí para mí… y os lo comparto.

Antonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario